V

К оглавлению1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 
17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 
34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 
51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 
68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 
85 86 87 88 89 

Los unicornios, en menos de ocho dнas, llevaron a Formosanta, a Irla y al fйnix a Cambalu, capital de la China. Era una ciudad mбs grande que Babilonia y de una magnificencia totalmente diferente. Los nuevos objetos, las nuevas costumbres, habrнan divertido a Formosanta si hubiese podido interesarse en otra cosa que no fuera Amazбn.

Apenas el emperador de la China supo que la princesa de Babilonia estaba ante una de las puertas de la ciudad, enviу cuatro mil mandarines en traje de ceremonia; todos se prosternaron ante ella y le presentaron cada uno sus cumplidos escritos en letras de oro en una hoja de seda pъrpura. Formosanta les dijo que si ella supiese cuatro mil lenguas, no dejarнa de responder inmediatamente a cada mandarнn, pero que sabiendo solamente una, les rogaba que aceptaran que se sirviese de ellas para agradecerles a todos en general. La condujeron respetuosamente ante el emperador.

Era el monarca mбs justo de la tierra, el mбs cortйs y el mбs sabio. Fue йl el primero en cultivar un terreno con sus manos imperiales para que la agricultura se tornase digna de respeto ante los ojos de su pueblo. Fue el primero en establecer premios a la virtud. Las leyes, como en todos lados por otra parte, se habнan limitado vergonzosamente hasta entonces a castigar los crнmenes. Este emperador acababa de echar de sus estados a un grupo de bonzos extranjeros que habнan venido del extremo de occidente, con el deseo insensato de obligar a toda la China a pensar como ellos y que, con el pretexto de anunciar verdades, habнan adquirido ya riquezas y honores. Les habнa dicho, al echarlos, estas palabras registradas exactamente en los anales del imperio:

-Podrнais hacer aquн tanto mal como habйis hecho en otras partes; habйis venido a predicar dogmas de intolerancia en la naciуn mбs tolerante de la tierra. Os envнo de regreso para no estar obligado a castigaras: Serйis vueltos a conducir honorablemente hasta mis fronteras; se os suministrarб todo para que podбis regresar a los lнmites del hemisferio de donde habйis partido. Id en paz si podйis estar en paz, y no regresйis mбs.

La princesa de Babilonia se enterу con alegrнa de este razonamiento y de este discurso: se sentнa asн mбs segura de ser bien recibida en la corte, porque estaba bien lejos de sostener dogmas intolerantes. El emperador de la China, cenando con ella, tuvo la cortesнa de eliminar toda molesta etiqueta; ella le presentу al fйnix, quien fue muy acariciado por el emperador y se posу sobre un sillуn. Formosanta, al finalizar la comida, le confiу ingenuamente el objeto de su viaje y le rogу que hiciera buscar en Cambalъ al bello Amazбn, cuya aventura le narrу, sin ocultarle para nada la fatal pasiуn que en su corazуn ardнa por este joven hйroe.

-їA quiйn le hablбis de esto? --dijo el emperador de la China- Me ha dado el placer de venir a mi corte; me ha encantado este amable Amazбn; es cierto que se halla profundamente afligido; pero sus gracias sуlo se tornan asн mбs conmovedoras; ninguno de mis favoritos tiene mбs talento que йl, ningъn mandarнan de toga tiene conocimientos mбs amplios; ningъn mandarнn que ciсa espada parece mбs marcial ni mбs heroico; su extrema juventud da mayor valor a todos sus talentos, si yo fuese tan infeliz, tan abandonado por Tien y Chagti como para querer ser un conquistador, pedirнa a Amazбn que se pusiese a la cabeza de mis ejйrcitos, y me sentirнa seguro de triunfar sobre el universo entero. Es realmente lamentable que su pena turbe algunas veces su inteligencia.

-ЎAh, seсor! -dijo Formosanta con aire excitado y con un tono de dolor, de emociуn y de reproche-, їpor quй no me habйis hecho cenar con йl? Me hacйis morir; ordenad que le rueguen venir enseguida. -Seсora, ha partido esta maсana y no ha dicho hacia quй comarca dirigнa sus pasos.

Formosanta se volviу hacia el fйnix:

-Y bien -dijo-, oh fйnix, їhabйis visto alguna vez una doncella mбs desgraciada que yo? Pero, seсor -continuу-, їcуmo, por quй ha podido abandonar una corte tan refinada como la vuestra, en la cual uno quisiera pasar toda la vida?

-He aquн, seсora, lo que ha sucedido. Una princesa de sangre real, de las mбs dignas de amor, se apasionу por йl y le dio cita en su casa al mediodнa; йl partiу apenas despuntу el dнa y dejo esta esquela, que б costу muchas lбgrimas a mi parienta:

"Hermosa princesa del linaje de China, merecйis un corazуn que no haya sido jamбs mбs que vuestro; he jurado a los dioses inmortales no amara nadie mбs que a Formosanta, princesa de Babilonia, y enseсarle cуmo se pueden vencer las pasiones durante los viajes; ella tuvo la desgracia de sucumbir ante el indigno rey de Egipto, soy el mбs desgraciado de los hombres; he perdido a mi padre y al fйnix, y la esperanza de ser amado por Formosanta; he dejado a mi madre . en la aflicciуn, a mi patria, ya no podнa vivir ni un momento en los lugares donde supe que Formosanta amaba a otro que no era yo he jurado recorrer la tierra v serle fiel. Vos me despreciarнas y los dioses me castigarнan, si violase mi juramento; buscad un amante, seсor, y sedle tan fiel como yo."

--Ah, dadme esa carta asombrosa ---dijo la hermosa Formosanta-, ella serб mi consuelo; soy feliz en mi infortunio. Amazбn me ama; Amazбn renuncia por mн a la posesiуn de princesas de la China; йl es el ъnico en toda la tierra capaz de obtener tal victoria; me da un maravilloso ejemplo; el fйnix sabe bien que no lo necesito; es muy cruel ser privado de un amante por un beso inocente dado por pura fidelidad. Pero, finalmente, їadуnde ha ido? їQuй camino ha tomado? Dignaos decнrmelo y parto.

El emperador de la China le respondiу que creнa, de acuerdo con los relatos que le habнan hecho, que su amante habнa tomado el camino que llevaba a Escitia. Inmediatamente se engancharon los unicornios y la princesa, despuйs de los mбs tiernos adioses, se fue con el fйnix, su mucama y todo su cortejo.

Apenas estuvo en Escitia, vio hasta quй punto los hombres y los gobiernos difieren y diferirбn siempre que llegue el tiempo en que algъn pueblo mбs iluminado que los otros comunique su luz de uno a otro, despuйs de mil siglos de tinieblas, y se encuentren en los climas bбrbaros almas heroicas que tengan la fuerza y la perseverancia de cambiar los brutos en hombres. No habнa ciudades en Escitia y por lo tanto tampoco artes agradables. No se veнan mбs que vastas praderas y naciones enteras bajo las carpas y sobre los carros. Su apariencia causaba terror. Formosanta preguntу en quй carpa o en quй carreta se albergaba el rey. Se le dijo que hacнa ocho dнas se habнa puesto en marcha a la cabeza de trescientos mil hombres de caballerнa para ir al encuentro del rey de Babilonia, cuya sobrina, la hermosa princesa Aldй habнa raptado.

-ЎRaptу a mi prima! -exclamу Formosanta-; no esperaba esta nueva aventura. ЎQuй! Mi prima, que demasiado feliz debнa sentirse al estar en mi corte, se ha vuelto reina y yo aъn no me he casado -se hizo conducir inmediatamente a las carpas de la reina.

Su inesperada reuniуn en climas lejanos y las cosas singulares que mutuamente tenнan para contarse, dieron a su entrevista un encanto que les hizo olvidar que nunca se habнan querido; se volvieron a ver con entusiasmo; una dulce ilusiуn ocupу el lugar de la verdadera ternura; se abrazaron llorando y hubo entre ellas cordialidad y franqueza dado que la entrevista no se realizaba en un palacio.

Aldй reconociу al fйnix y a la confidente Irla; dio pieles de cibelina a su prima, quien a su vez le dio diamantes. Se hablу de la guerra que los dos reyes emprendнan, se lamentу la condiciуn de los hombres, a quien los monarcas envнan al degьello por diferencias que dos justos podrнan conciliar en una hora, pero sobre todo se hablу del hermoso extranjero vencedor de los leones, dador de los diamantes mбs grandes del universo, compositor de madrigales, poseedor del fйnix, transformado en el mбs desdichado de los hombres por el informe de un mirlo.

-Es mi querido hermano -decнa Aldй. -Es mi amante -exclamу Formosanta-, sin duda lo habйis visto; quizбs aъn se halla aquн, porque, prima mнa, йl sabe que es vuestro hermano: no os habrб dejado tan bruscamente como dejу al rey de la China. -ЎSн que lo he visto, grandes dioses! -replicу Aldй-. Pasу cuatro dнas enteros conmigo. ЎAh, prima mнa, cuбn digno de lбstima es mi hermano! Un falso informe lo ha vuelto completamente loco, corre por el mundo sin saber adуnde va. Figuraos que ha llevado su demencia hasta rechazar los favores de la mбs hermosa escita de toda Escitia. Partiу ayer despuйs de haberle escrito una carta que la ha desesperado. En cuanto a йl, ha sido a la tierra de los cimerios.

-ЎAlabado sea Dios! -exclamу Formosanta-, Ўun rechazo mбs a mi favor! Mi felicidad ha sobrepasado todos mis temores. Haced que me den esa carta encantadora asн parto, asн lo sigo, con las manos llenas de sus sacrificios. Adiуs, prima mнa; Amazбn estб en la tierra de los cimerios, hacia allн vuelo.

A Aldй le pareciу que la princesa su prima estaba aъn mбs loca que su hermano Amazбn. Pero como ella misma habнa sentido los efectos de esta epidemia, como habнa dejado las delicias y la magnificencia de Babilonia por el rey de los escitas, como las mujeres siempre se interesan en las locuras que el amor causa, se enterneciу verdaderamente por Formosanta, le deseу un feliz viaje, y le prometiу ayudarla en su pasiуn si alguna vez tenнa la felicidad de ver a su hermano

Los unicornios, en menos de ocho dнas, llevaron a Formosanta, a Irla y al fйnix a Cambalu, capital de la China. Era una ciudad mбs grande que Babilonia y de una magnificencia totalmente diferente. Los nuevos objetos, las nuevas costumbres, habrнan divertido a Formosanta si hubiese podido interesarse en otra cosa que no fuera Amazбn.

Apenas el emperador de la China supo que la princesa de Babilonia estaba ante una de las puertas de la ciudad, enviу cuatro mil mandarines en traje de ceremonia; todos se prosternaron ante ella y le presentaron cada uno sus cumplidos escritos en letras de oro en una hoja de seda pъrpura. Formosanta les dijo que si ella supiese cuatro mil lenguas, no dejarнa de responder inmediatamente a cada mandarнn, pero que sabiendo solamente una, les rogaba que aceptaran que se sirviese de ellas para agradecerles a todos en general. La condujeron respetuosamente ante el emperador.

Era el monarca mбs justo de la tierra, el mбs cortйs y el mбs sabio. Fue йl el primero en cultivar un terreno con sus manos imperiales para que la agricultura se tornase digna de respeto ante los ojos de su pueblo. Fue el primero en establecer premios a la virtud. Las leyes, como en todos lados por otra parte, se habнan limitado vergonzosamente hasta entonces a castigar los crнmenes. Este emperador acababa de echar de sus estados a un grupo de bonzos extranjeros que habнan venido del extremo de occidente, con el deseo insensato de obligar a toda la China a pensar como ellos y que, con el pretexto de anunciar verdades, habнan adquirido ya riquezas y honores. Les habнa dicho, al echarlos, estas palabras registradas exactamente en los anales del imperio:

-Podrнais hacer aquн tanto mal como habйis hecho en otras partes; habйis venido a predicar dogmas de intolerancia en la naciуn mбs tolerante de la tierra. Os envнo de regreso para no estar obligado a castigaras: Serйis vueltos a conducir honorablemente hasta mis fronteras; se os suministrarб todo para que podбis regresar a los lнmites del hemisferio de donde habйis partido. Id en paz si podйis estar en paz, y no regresйis mбs.

La princesa de Babilonia se enterу con alegrнa de este razonamiento y de este discurso: se sentнa asн mбs segura de ser bien recibida en la corte, porque estaba bien lejos de sostener dogmas intolerantes. El emperador de la China, cenando con ella, tuvo la cortesнa de eliminar toda molesta etiqueta; ella le presentу al fйnix, quien fue muy acariciado por el emperador y se posу sobre un sillуn. Formosanta, al finalizar la comida, le confiу ingenuamente el objeto de su viaje y le rogу que hiciera buscar en Cambalъ al bello Amazбn, cuya aventura le narrу, sin ocultarle para nada la fatal pasiуn que en su corazуn ardнa por este joven hйroe.

-їA quiйn le hablбis de esto? --dijo el emperador de la China- Me ha dado el placer de venir a mi corte; me ha encantado este amable Amazбn; es cierto que se halla profundamente afligido; pero sus gracias sуlo se tornan asн mбs conmovedoras; ninguno de mis favoritos tiene mбs talento que йl, ningъn mandarнan de toga tiene conocimientos mбs amplios; ningъn mandarнn que ciсa espada parece mбs marcial ni mбs heroico; su extrema juventud da mayor valor a todos sus talentos, si yo fuese tan infeliz, tan abandonado por Tien y Chagti como para querer ser un conquistador, pedirнa a Amazбn que se pusiese a la cabeza de mis ejйrcitos, y me sentirнa seguro de triunfar sobre el universo entero. Es realmente lamentable que su pena turbe algunas veces su inteligencia.

-ЎAh, seсor! -dijo Formosanta con aire excitado y con un tono de dolor, de emociуn y de reproche-, їpor quй no me habйis hecho cenar con йl? Me hacйis morir; ordenad que le rueguen venir enseguida. -Seсora, ha partido esta maсana y no ha dicho hacia quй comarca dirigнa sus pasos.

Formosanta se volviу hacia el fйnix:

-Y bien -dijo-, oh fйnix, їhabйis visto alguna vez una doncella mбs desgraciada que yo? Pero, seсor -continuу-, їcуmo, por quй ha podido abandonar una corte tan refinada como la vuestra, en la cual uno quisiera pasar toda la vida?

-He aquн, seсora, lo que ha sucedido. Una princesa de sangre real, de las mбs dignas de amor, se apasionу por йl y le dio cita en su casa al mediodнa; йl partiу apenas despuntу el dнa y dejo esta esquela, que б costу muchas lбgrimas a mi parienta:

"Hermosa princesa del linaje de China, merecйis un corazуn que no haya sido jamбs mбs que vuestro; he jurado a los dioses inmortales no amara nadie mбs que a Formosanta, princesa de Babilonia, y enseсarle cуmo se pueden vencer las pasiones durante los viajes; ella tuvo la desgracia de sucumbir ante el indigno rey de Egipto, soy el mбs desgraciado de los hombres; he perdido a mi padre y al fйnix, y la esperanza de ser amado por Formosanta; he dejado a mi madre . en la aflicciуn, a mi patria, ya no podнa vivir ni un momento en los lugares donde supe que Formosanta amaba a otro que no era yo he jurado recorrer la tierra v serle fiel. Vos me despreciarнas y los dioses me castigarнan, si violase mi juramento; buscad un amante, seсor, y sedle tan fiel como yo."

--Ah, dadme esa carta asombrosa ---dijo la hermosa Formosanta-, ella serб mi consuelo; soy feliz en mi infortunio. Amazбn me ama; Amazбn renuncia por mн a la posesiуn de princesas de la China; йl es el ъnico en toda la tierra capaz de obtener tal victoria; me da un maravilloso ejemplo; el fйnix sabe bien que no lo necesito; es muy cruel ser privado de un amante por un beso inocente dado por pura fidelidad. Pero, finalmente, їadуnde ha ido? їQuй camino ha tomado? Dignaos decнrmelo y parto.

El emperador de la China le respondiу que creнa, de acuerdo con los relatos que le habнan hecho, que su amante habнa tomado el camino que llevaba a Escitia. Inmediatamente se engancharon los unicornios y la princesa, despuйs de los mбs tiernos adioses, se fue con el fйnix, su mucama y todo su cortejo.

Apenas estuvo en Escitia, vio hasta quй punto los hombres y los gobiernos difieren y diferirбn siempre que llegue el tiempo en que algъn pueblo mбs iluminado que los otros comunique su luz de uno a otro, despuйs de mil siglos de tinieblas, y se encuentren en los climas bбrbaros almas heroicas que tengan la fuerza y la perseverancia de cambiar los brutos en hombres. No habнa ciudades en Escitia y por lo tanto tampoco artes agradables. No se veнan mбs que vastas praderas y naciones enteras bajo las carpas y sobre los carros. Su apariencia causaba terror. Formosanta preguntу en quй carpa o en quй carreta se albergaba el rey. Se le dijo que hacнa ocho dнas se habнa puesto en marcha a la cabeza de trescientos mil hombres de caballerнa para ir al encuentro del rey de Babilonia, cuya sobrina, la hermosa princesa Aldй habнa raptado.

-ЎRaptу a mi prima! -exclamу Formosanta-; no esperaba esta nueva aventura. ЎQuй! Mi prima, que demasiado feliz debнa sentirse al estar en mi corte, se ha vuelto reina y yo aъn no me he casado -se hizo conducir inmediatamente a las carpas de la reina.

Su inesperada reuniуn en climas lejanos y las cosas singulares que mutuamente tenнan para contarse, dieron a su entrevista un encanto que les hizo olvidar que nunca se habнan querido; se volvieron a ver con entusiasmo; una dulce ilusiуn ocupу el lugar de la verdadera ternura; se abrazaron llorando y hubo entre ellas cordialidad y franqueza dado que la entrevista no se realizaba en un palacio.

Aldй reconociу al fйnix y a la confidente Irla; dio pieles de cibelina a su prima, quien a su vez le dio diamantes. Se hablу de la guerra que los dos reyes emprendнan, se lamentу la condiciуn de los hombres, a quien los monarcas envнan al degьello por diferencias que dos justos podrнan conciliar en una hora, pero sobre todo se hablу del hermoso extranjero vencedor de los leones, dador de los diamantes mбs grandes del universo, compositor de madrigales, poseedor del fйnix, transformado en el mбs desdichado de los hombres por el informe de un mirlo.

-Es mi querido hermano -decнa Aldй. -Es mi amante -exclamу Formosanta-, sin duda lo habйis visto; quizбs aъn se halla aquн, porque, prima mнa, йl sabe que es vuestro hermano: no os habrб dejado tan bruscamente como dejу al rey de la China. -ЎSн que lo he visto, grandes dioses! -replicу Aldй-. Pasу cuatro dнas enteros conmigo. ЎAh, prima mнa, cuбn digno de lбstima es mi hermano! Un falso informe lo ha vuelto completamente loco, corre por el mundo sin saber adуnde va. Figuraos que ha llevado su demencia hasta rechazar los favores de la mбs hermosa escita de toda Escitia. Partiу ayer despuйs de haberle escrito una carta que la ha desesperado. En cuanto a йl, ha sido a la tierra de los cimerios.

-ЎAlabado sea Dios! -exclamу Formosanta-, Ўun rechazo mбs a mi favor! Mi felicidad ha sobrepasado todos mis temores. Haced que me den esa carta encantadora asн parto, asн lo sigo, con las manos llenas de sus sacrificios. Adiуs, prima mнa; Amazбn estб en la tierra de los cimerios, hacia allн vuelo.

A Aldй le pareciу que la princesa su prima estaba aъn mбs loca que su hermano Amazбn. Pero como ella misma habнa sentido los efectos de esta epidemia, como habнa dejado las delicias y la magnificencia de Babilonia por el rey de los escitas, como las mujeres siempre se interesan en las locuras que el amor causa, se enterneciу verdaderamente por Formosanta, le deseу un feliz viaje, y le prometiу ayudarla en su pasiуn si alguna vez tenнa la felicidad de ver a su hermano